Cada noche, a la orilla de mi sueño,
Me arropo con tus palabras,
esas palabras para mi tejidas
Con agujas de gozo y esperanza.
Cada noche, tu voz, manso murmullo,
Fluye hacia mi, reiterativa, clara,
primero manantial, luego torrente,
Trepándome en inmensa catarata.
Cada noche te escucho, tendido a mi costado, desvelado,
repasando semanas, dias, meses,
rastros de nuestra ardiente caravana..
Y fuera en el jardín, tiembla la noche,
Se enmaraña la lluvia en las acacias,
Y el viento trotamundos pretende entrar,
llamando a la ventana.
Todo tan cerca, la tiniebla, el ruido,
El fresco aroma de la hierba, el agua,
Todo tan a mano, y tú tan lejos.
Conmigo, solo yo…. y tus palabras.
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