Arriesgar...

Hace unos meses pensaba en la cantidad de cosas que nos habríamos perdido si en determinados momentos no nos dejáramos llevar.

¿Por qué entonces en la mayoría de ocasiones negamos sentimientos?

¿Por qué nos da tanto miedo arriesgar por algo que es importante en nuestras vidas?                

Yo soy una de esas personas que se piensan mucho las cosas antes de llevarlas a cabo. También es cierto que a veces me dejé llevar en otras tantas ocasiones

Tal vez me haya equivocado una vez, y me hirieron dos, pero… conservo recuerdos realmente hermosos de ese espacio entre sueño y realidad. Si me hubiera planteando las cosas de otro modo, se habrían perdido recuerdos, vida, poemas, prosa, imágenes y sonidos… aromas y sonrisas.

Y de todo ello he aprendido que hay que arriesgar, que…….

alguien que tiene sus sentimientos atados a la tierra, es alguien que no entrará en la vida de muchos otros, que no compartirá con ellos momentos perfectos, días alejados de la rutina, emociones nuevas, caricias inventadas, locura, deseo…
Es cierto que a veces duele, que pueden dañarte tanto que desearías no haberte dejado llevar jamás, que le pones un candado al corazón y te vuelves triste y retirado…

Es verdad que cuesta salir y que después cuesta mucho levantarse, confiar y seguir adelante…

Pero también es cierto que es bueno tropezar para aprender a levantarse, que es bueno llenar tu vida de cosas diferentes, que es bueno empezar de nuevo, que es bueno volver a sentir, a desear…

Es hermoso emprender un camino nuevo de la mano de alguien diferente, alguien que tal vez arriesga igual que tú.

¿Os acordáis de esta frase? no recuerdo quien es su autor:

“Prefiero lamentarme después de haber amado, que lamentarme de no haber amado nunca” o no volver a  amar, por no arriesgar, quizás por temor a sufrir..es un gran error.

Pues eso…Hay que arriesgar.