Roma es una de las ciudades que más me han atrapado.. Tengo muchos recuerdos pero hay uno que jamás voy a poder borrar de mi memoria... y es sólo el ver pasar a la gente mientras yo estaba sentada en un banco de la Piazza Navona toda llena de luces al anochecer... Y miraba las desafiantes esculturas de Bernini y me hablaban todo el rato... y fui confidente de los secretos más maravillosos de la ciudad, el ruido del caminar de gente...
Roma esta vez puede resumirse en esta foto.
En Alberti y sus versos bilingües; en capuchinos espumosos y calientes; en gatos y más gatos, siempre presentes y en paseos interminables.
Y en la lluvia cuando cae de repente… Tan torrencial, tan intensa y tan implacable que iba dejando en los adoquines un mar de paraguas desvencijados.
Y en la vuelta en metro hasta Marconi, donde los acordeones que venían tocando ¡¡Marina, Marina, Marina!! desde las ruinas del Antiguo Imperio y se apeaban en la parada del Coliseo.
Una vez dijo Stendhal que la belleza es una promesa de felicidad…..y yo ante esa frase, pensé que:
La luna de Roma
era una cata de sandía
que iluminaba el Coliseo.
El taxista era un suicida
que avanzaba
por el piso adoquinado
destrozando mis vértebras.
Los gatos municipales
vigilaban en el Foro Republicano
el sueño de los vagabundos.
Y en la Piazza Navona
dos músicos tocaban
How I wish you were here
de Pink Floyd
frente a la
Fontana dei Fiumi
de Bernini.
Ahí pensé en Stendhal
y en su descripción de la belleza…. y yo…
en la promesa
momentánea de la ciudad
de Florencia ,
la que me quedaba por visitar.
Entonces comprendí
su frase y me pregunté..
¿quizás sus pensamientos
no era más
que la impotencia
de querer compartir
con alguien
tanta belleza
y sentirse,
por un instante,
Terriblemente solo?
Quizás…. Pero esa vez, no estaba solo… contemplaba la belleza conmigo… ¿ un Capuchino?
R o s y
No hay comentarios:
Publicar un comentario