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lunes, 19 de septiembre de 2011

Trámites burocráticos



El otro día me fui a hacer uno de esos  trámites burocráticos de los que no hay manera de librarse y  cuando digo esto no es porque me cueste hacerlos sino por  lo que te  encuentras detrás de un mostrador o recepción de alguna empresa y también por las “costumbres” que tienen las mismas y algunos organismos oficiales.

Tras esperar la pertinente cola, llevar la documentación necesaria, rellenar los formularios debidos y demás, me dieron cita para el siguiente trámite. Éste consistía básicamente en firmar el papel que tenía delante, pero ya se sabe, la cita era para llevar la documentación, no para firmarla y claro, no podía ser.

Esto (y un requisito absurdo que me pidieron luego) me recordó a una respuesta que, por desgracia, aún se sigue escuchando en las empresas con demasiada facilidad  cuando preguntas el porqué de algo… “No, es que siempre lo hemos hecho así” ¡¡Y se quedan tan tranquilos!!

Yo no digo que no haya procedimientos y costumbres de probada eficacia que no haya que modificar. Afortunadamente los hay. Lo que sí debería cambiar es el hecho de que muchas personas y empresas, jamás se plantean si lo que hacen (y cómo lo hacen) es lo mejor, lo más adecuado y efectivo, o si hay que cambiar algún aspecto, si se puede mejorar de alguna manera.

Los seres humanos somos seres de costumbres y es bueno tenerlas. Los automatismos y rutinas nos ayudan en nuestro día a día ¿se imaginan ustedes en un mundo en el que todo sea nuevo día tras día? ¡Que agotamiento!

Las costumbres, hábitos y rutinas nos ayudan a que las cosas sean más sencillas, nos ayudan a saber cómo son las cosas, qué hay que hacer y cuál es el siguiente paso.

Ayudan pues a disminuir el nivel de incertidumbre, nos dan estabilidad, confianza, etc.

Pero una cosa es esto y otra muy distinta es no cuestionar jamás esas rutinas e incluso darlas por imprescindibles (no hablemos ya de cuando te argumentan las cosas con un tremendo “porque sí” o un   ese no es mi problema, este asunto lo llevo otro compañero”) ¿si no es su problema que hace detrás de la recepción atendiendo a  la gente? ¿donde estaba el otro compañero? Ya, ya,  me lo imagino…

Así nos va en este mundo!!

Hay costumbres y procedimientos en algunas empresas y sobre todo en algunos organismos oficiales que deberían modificarse, pero también y con URGENCIA deberían  dar un cursillo intensivo de  (educación y  saber estar) a algun@s de los empleados o funcionarios,  antes de contratarlos, para que sepan tratar o al menos ponerse en el lugar de  las personas que van a tramitar algún documento y no es una queja que hago por mi personalmente, que  estoy acostumbrada y sé de que va este mundo, sino apelando en favor de las personas mayores en especial y de cualquier edad en general, que no están acostumbradas a hacer trámites y el simple hecho de que les hagan dar tantas vueltas y  encima les traten de una manera tan poco amable  es para indignarse.
Esperemos que se modifiquen algunas costumbres algún día… y hagan “cambiar” a algun@s  empleados, que ya va siendo hora, de trabajar todos…. por todos.

De momento, solo es un pensamiento mío… por desgracia.







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